Participé del Encuentro de CIEMAL (Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de America Latina y el Caribe) Cono Sur con la delegación de Jóvenes en Misión que se reúne anualmente para capacitar a los jóvenes metodistas.
En esta ocasión se realizó en la ciudad de Lambaré (en Paraguay) desde el 15 hasta el 22 de enero en una Escuela Metodista, con el motivo de misionar.
Éramos alrededor de 40 jóvenes en total de los siguientes países Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina. Dentro del lugar donde nos reuníamos tuvimos la posibilidad de cada grupo presentar la situación de los jóvenes en nuestros países. Y disfrutamos de una noche cultural con bailes típicos, comidas, fotos, etc.
Desde el día 15 al 18 se nos capacitó para la misión con diferentes talleres y charlas después tuvimos un día para conocer el lugar y para organizarnos para el trabajo y los últimos dos días lo destinamos a misionar.
Los Talleres fueron:
- Contexto político y económico del Paraguay por Mario Baez donde se vio un pantallazo genérico del país
- Evangelismo por el pastor Juan Francisco Pérez Mendoza
- Liderazgo por el Licenciado Pedro Magallanes donde reconocimos los tipos de liderazgos, cuales son los desafíos de un líder.
- Identidad Metodista donde se trato de abarcar los principios del metodismo, sus características y acontecimientos más importantes.
- Discipulado por obispo Pablo Mora donde se hablo de que era el discipulado las características de este, las propuestas del mismo.
Para el trabajo en misión se nos dividió en cuatro grupos para estar en diferentes iglesias, pero mi grupo particularmente trabajó en la casa de una familia metodista en donde habitualmente se convocan a niños y se realizan distintas actividades con ellos. Trabajamos con personas de edades muy variadas, desde niños hasta adultos pero a diferentes horarios y los acercamientos fueron muy distintos. A los chicos no era necesario buscarlos porque a ellos le llamaba la atención nuestra presencia y te seguían y se les daba clases después dividiéndolos por edades. En cambio, a los adultos se hizo una búsqueda casa por casa invitándolos y luego se terminaba con un culto. Si bien se prosiguió de ésta manera en general, el segundo día se tuvo en cuenta primero visitar a la gente que había participado del anterior encuentro.
Fue maravilloso haber tenido la oportunidad de ir y llegar a conocer a gente de lugares tan diferentes y con costumbres muy distintas a las nuestras para poder entre todos enriquecernos para ser un solo cuerpo de cristo y trabajar cada uno con sus dones con un solo objetivo, ser instrumentos de Dios.
Mi sensación personal durante la trayectoria de los días fue de una paz que hacia tiempo necesitaba y de un crecimiento espiritual que no hubiese sido posible sin la presencia de cada una de esas personas que estuvieron en el encuentro y de las cuales me traje un poco de cada una dentro mío. Sin mas que decir pero con una necesidad de agradecimiento por cada una de esas personas que hizo y hace posible esto.
Un abrazo fraterno,
Carolina Yañez.
Iglesia Central de Bahía Blanca
Delegada por la Tercera Región (Patagonia)
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